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martes, 23 de octubre de 2012

Estoy...


Estoy atrapada en una habitación una sola ventana filtra la luz tenue. Es la esperanza insegura del mañana. Fijo la mirada en la lejanía, como si hubiera algo en que posarla. Grito pero nadie escucha. Necesito que me escuchen, necesito una palabra de fe, necesito que me den esperanza. Necesito un ser humano, que sienta, que escuche, que vea que no soy de piedra. Los ruegos no paran.
Que Dios se apiade de mí, si es justo que me traiga la muerte será más dulce que esta agonía muda.

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